Abre al público la primera parafarmacia erótica de España. Un nuevo concepto de establecimiento que no tiene nada que ver con los tradicionales sexshop, ni con las tiendas eróticas, en las que todo es demasiado explícito. Se trata de un espacio diferente que, junto a productos de la máxima calidad, ofrece un asesoramiento personalizado de profesionales (médicos, psicólogos, sexólogos, etc…), que ayudan al cliente a desarrollar su inteligencia sexual y mejorar la salud erótica.
La primera parafarmacia erótica de España va a ser inaugurada este martes en la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón, con una fiesta “por todo lo alto”, según sus organizadores, y en cuyo transcurso se espera que haya muchas sorpresas, algunas relacionadas con personajes famosos, pues Dolce Love ya tiene de “embajadoras” de la firma a Carmen Lomana, Marian Frías, Mar Montoro, Lara Dibildos o Isabel Rábago, entre otras.
La impulsora de la idea es Ángeles Gutiérrez, empresaria en el campo de la higiene y el bienestar sexual. Ángeles es la fundadora de la marca Dolce Love, una firma que se distingue del resto de su sector por querer ir más allá de objetivos comerciales, por su filosofía y por sus valores de ética profesional, discreción, buen hacer, delicadeza y esmerada atención al cliente.
La parafarmacia erótica que abre sus puertas este martes en Villaviciosa de Odón será la primera de la media docena que Ángeles Gutiérrez tiene previsto abrir en toda España antes de que termine este año. Para ello, ha diseñado un novedoso modelo de franquicias, muy poco utilizado en nuestro país, pues cada franquicia comprende diez líneas distintas de actividad.
Entre sus líneas de actividad, las parafarmacias eróticas de Dolce Love dispondrán de tienda online, además de la tienda física, la posibilidad de vender a otros negocios como sus proveedores, la organización de reuniones ‘tuppersex’, la celebración de talleres sexuales con productos eróticos, la formación y educación sexual (tiene un convenio de colaboración con el Instituto de Sexología Al-Andalus), etcétera.
Ángeles Gutiérrez ha trabajado en este proyecto durante años antes de hacerlo realidad. Tiene las ideas muy claras y un Plan de Viabilidad muy elaborado que cuida cada detalle. Es decir; reúne las tres condiciones óptimas para iniciar una empresa con posibilidades de éxito: saber qué se quiere hacer, saber cómo hacerlo y tener una estrategia concienzudamente diseñada para lograrlo.
La franquicia de parafarmacia erótica de Dolce Love tiene dos planes de viabilidad, uno pensado para una parafarmacia erótica en una ciudad pequeña (20.000 habitantes) y otro para una ciudad grande, inversión alta en alquiler e incluso con dos trabadoras.
“Desde hace un tiempo, las farmacias convencionales han extendido su actividad en ventas y se vienen interesando por otros sectores, al margen de los medicamentos, como son las comidas para bebés, las ópticas, nutricionistas, perfumería-cosmética y hasta la venta de productos eróticos”, dice Ángeles. “Ya era hora de que fuéramos nosotros, los verdaderos especialistas en el bienestar, la higiene, la inteligencia sexual, los productos eróticos y las reuniones ‘tuppersex’, quienes desarrollemos nuestra propia actividad en este campo con las parafarmacias eróticas”.
“Para nosotros –sigue Ángeles–, la sexualidad forma una parte muy importante del desarrollo integral de la persona y, sin embargo, somos conscientes de las inmensas barreras que aún existen en nuestra sociedad a la hora de conocerla, desarrollarla y disfrutarla”.
Según Angie Becerra, responsable de la Expansión de las Franquicias de Dolce Love, “tenemos muchas personas interesadas en nuestras parafarmacias eróticas y algunas nuevas parafarmacias están ya apalabradas, en la misma línea médico-sanitaria que ha caracterizado a Dolce Love desde sus inicios”.
El equipo humano de Dolce Love está compuesto por psicólogas, sexólogas y profesionales especializadas y expertas, que se han propuesto llegar a las mujeres para que, a través de sus productos, reuniones y asesoramiento personalizado, puedan aprender a asumir su sexualidad de una forma natural.